Una semana es poco tiempo para que una publicación logre definir su identidad, pero podemos si ver cual es la directriz que tendrá más allá de la idoneidad y lo que uno suponga por los antecedentes de sus escribas.
Encontrar el primer número fue difícil, en la zona de Balvanera tuvimos que recorrer varias paradas de diarios, donde hasta los propios diarieros se sorprendieron que antes de las 9 de la mañana ya se hubiera agotado. “Cuando llegue vi que me habían dejado 10 ejemplares, la misma cantidad que Nación, ¿Qué voy ha hacer con esto pensé?” manifestó el propietario de la parada de Belgrano y Urquiza. Por suerte la parada de Jujuy y Rivadavia, frente a la plaza Once, aún a las 11 le quedaban 4 de los 5 ejemplares que le dejaron.
Esta edición del domingo 2 de marzo fue un presentación de lo que serán las correspondientes a los sábados y domingos, formando un mix de secciones.
El ejemplar del lunes 3 en su tapa hacia recordar la primera época de Pagina/12 con un formato similar evitando el chiste y el pirulo de tapa. Las investigaciones propias lo diferencian del resto de los diarios, al igual que la mayoría de sus columnas.
A pesar de las sugerencias y la concepción que la cartelera nadie la lee, sigue siendo un infaltable que bien podría obviarse o reducir su presencia.
Se nota todavía la búsqueda de la propia identidad que trascienda este esbozo de personalidad.
La buena noticia es que es un diario y como tal se lo vio en los escritorios de las oficinas y en las manos de los transeúntes así como en los colectivos, la aceptación fue rápida, la meta es no defraudar el “esta bueno este diario”.
Como crítica: Lanata: para leer a Bonasso compro Pagina/12.
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