Lo que sigue no es invento de una mente afiebrada, es un hecho real narrado por uno de sus protagonistas, sin pelos en la lengua y afirmando lo por él hecho. Que nadie se espante o dude de la veracidad de este relato. Así es la historia y así la cuenta uno de sus principales personajes.
“Nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y el terror, que empleados hábilmente han dado este resultado admirable….” (no, no es de la Revolución Francesa). “Establecimos en varios puntos depósitos de armas y municiones, pusimos en cada parroquia cantones con gente armada, encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en una supuesta conspiración (no, tampoco es Alemania con Hitler en el Tercer Reich); algunas bandas de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad (no eran las hordas de la Triple A ni las bandas de Astiz), acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros; en fin fue tal el terror que sembramos entre toda esta gente, con estos y otros medios, que el día 29 triunfamos sin oposición…
El miedo es una enfermedad endémica en este pueblo; esta es la gran palanca con que siempre se gobernará a los porteños (no, tampoco Néstor se atreve a afirmar tanto); manejada hábilmente, producirá infaliblemente los mejores resultados”
Queda claro que esto ocurrió en nuestro país, más precisamente en nuestra ciudad. Que no fueron ni Robespierre, ni Hitler, ni Stalin quienes idearon este plan de acción para ganar una elección en Buenos Aires.
No son ni de Cacho Álvarez, ni de Descalzo, ni siquiera de Patti o Rico; tampoco de Othache, ni de Cariglino. No señor, que va.
Este texto encodillado es una trascripción de una carta enviada por aquel que preside todas y cada aula de nuestra patria. Es de aquel para el cual pedimos en los actos estudiantiles ¡Gloria y loor! ¡Honra sin par para el grande entre los grandes…
Si adivinaron estas palabras son de Sarmiento escritas en una carta a Domingo de Oro.
14.10.07
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1 comentario:
no es de extrañar que estas cosas sucedan aca y en otras partes del mundo
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