Muchos se sorprendieron. La mayoría. No fue fácil, pocos o mejor dicho nadie hubiese querido cambiarle el lugar a Cleto Cobos su lugar.
Con el diario del lunes muchos dicen que “hizo lo que había que hacer”, en verdad hizo lo que pocos se hubiesen animado hacer. Voto con el corazón, supo interpretar lo que yo creía, y digo yo porque no quiero asumir la representación de la mayoría de la ciudadanía, pero no estaría lejos de la verdad en afirmar que sólo algunos querían una ratificación que dejase heridas insolubles en la sociedad. No es posible ganar a lo Pirro dividiendo al país en dos.
Cleto les dejo una puerta abierta, ofreció un cuarto intermedio para seguir buscando consenso. Habló con racionalidad “esto no es lo que la gente quiere”, no fuercen lo imposible fue la entre línea dirigida al oficialismo. Le contesto un senador testarudo, chiquilín y caprichoso: “tengo el mandato de votar hoy”, la soberbia no le dejo ver lo que tan claramente expuso Cleto: “no me fuercen a decidir, por que estoy en la vereda de enfrente”. Pensó, desde el pedestal del poder, que un vicepresidente jamás iría contra el ejecutivo y si “traicionaría” a sus convicciones.
Y Cleto dijo “no voto por la afirmativa”. Cleto hizo política: hizo política cuando difundió su carta abierta afirmando que el ámbito natural para la discusión y búsqueda del consenso era el Congreso. Hizo política cuando convoco a los gobernadores a buscar consensos. Hizo política cuando pidió un cuarto intermedio. Hizo política cuando enfrentó a la cámara y hablo como hombre, con el corazón; e hizo política cuando voto.
Demostró que no es necesario gritar para hacer política, no es necesario estar en los medios para hacer política, no es necesario buscar las luces del centro para hacer política
Cobos hoy puede salir a la calle con la frente bien alta. No traiciono; interpreto a la gente.
Con el diario del lunes muchos dicen que “hizo lo que había que hacer”, en verdad hizo lo que pocos se hubiesen animado hacer. Voto con el corazón, supo interpretar lo que yo creía, y digo yo porque no quiero asumir la representación de la mayoría de la ciudadanía, pero no estaría lejos de la verdad en afirmar que sólo algunos querían una ratificación que dejase heridas insolubles en la sociedad. No es posible ganar a lo Pirro dividiendo al país en dos.
Cleto les dejo una puerta abierta, ofreció un cuarto intermedio para seguir buscando consenso. Habló con racionalidad “esto no es lo que la gente quiere”, no fuercen lo imposible fue la entre línea dirigida al oficialismo. Le contesto un senador testarudo, chiquilín y caprichoso: “tengo el mandato de votar hoy”, la soberbia no le dejo ver lo que tan claramente expuso Cleto: “no me fuercen a decidir, por que estoy en la vereda de enfrente”. Pensó, desde el pedestal del poder, que un vicepresidente jamás iría contra el ejecutivo y si “traicionaría” a sus convicciones.
Y Cleto dijo “no voto por la afirmativa”. Cleto hizo política: hizo política cuando difundió su carta abierta afirmando que el ámbito natural para la discusión y búsqueda del consenso era el Congreso. Hizo política cuando convoco a los gobernadores a buscar consensos. Hizo política cuando pidió un cuarto intermedio. Hizo política cuando enfrentó a la cámara y hablo como hombre, con el corazón; e hizo política cuando voto.
Demostró que no es necesario gritar para hacer política, no es necesario estar en los medios para hacer política, no es necesario buscar las luces del centro para hacer política
Cobos hoy puede salir a la calle con la frente bien alta. No traiciono; interpreto a la gente.
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